Algunos de los rasgos que la cultura actual propicia son el individualismo y el egocentrismo. Nada más contrario a la esencia propia del ser humano, que es un ser “para el encuentro”. La persona tiene marcada en su esencia una triple relación: con Dios, con los demás y con la naturaleza y las cosas. Solo cuando nos abrimos a los demás, encontramos la felicidad que buscamos.
El motivo es que la felicidad que llena a toda persona es el amor, y el amor no existe sin el respeto: una actitud básica que es mucho más profunda que la mera educación o tolerancia. El respeto incluye ser consciente del valor del otro y del trato que se merece. Es una forma de decirle a cada cosa o persona: tú posees una dignidad que no depende de mi opinión y de mis gustos ; tú posees un valor absoluto y yo lo reconozco. El respeto tiende al amor. Las relaciones de amistad, familiares,etc. tienen siempre el sello del respeto. Se trata de un aprendizaje que durará toda la vida: aprender a amar.
Poner en práctica de modo habitual estas expresiones:
No consentir que se hable mal de nadie: se juzgan acciones o conductas, no personas. Evitar términos como personas tóxicas o etiquetas que descalifican a las personas.
Fomentar en las conversaciones que piensen en las necesidades concretas de las personas que tienen cerca: sus amigos, compañeras de clase. Que quieran cuidar de sus amigos.
Disfrutar de que los demás tengan lo mejor: saber ceder en la comida, en los sitios en el coche, en los asientos en el cuarto de estar, etc.
Hacerles descubrir las personas más necesitadas de la familia y cómo pueden alegrarles: visitas o llamadas a los abuelos, parientes solos, etc.
Ir a visitar a los enfermos y aprovechar para que adquieran más sensibilidad ante el dolor ajeno y piensen cómo aliviarlo.
Realizar alguna actividad de voluntariado.
Favorecer que los planes de vuestros hijos e hijas con amigos, se presten a fortalecer sus amistades: realizar actividades divertidas sin dispositivos y abiertas a otros de la clase.
Entre hermanos: que tengan encargos compartidos. Puede ser bueno que los mayores tengan la motivación y responsabilidad de ayudar en metas concretas a los pequeños.
¿Añadirías algún recurso más? ¿Tienes sugerencias que hacernos? ¿Dudas que podamos resolver?
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